de verdad te extraño mucho esposa linda

Yo siempre siempre siempre le fui fiel! Siempre! No como otros que dicen que la quieren y tienen más de una … yo solo tenía una … y de verdad la quería, porque juntos lo lográbamos! ella les tocaba el corazón y yo sus labios … y no es que la quería por eso, sino porque conocía TODO de mi … y … pues … junto a ella descubría cada día lo que está dentro de mí… le di muchos besos, muchas noches antes de dormir y yo sé que suena tonto pero de verdad le entregué a través de mis manos, mi corazón … y bueno pues, mi mamá me dijo que no debo ponerme triste por eso, porque ya vendrá otra, y principalmente porque no debo aferrarme a esas cosas … pero yo la quiero a ella … y yo sé que con unos pocos dólares puedo tener otra mañana mismo, y con más dinero pues una “mejor” … pero no hay mejor, porque yo en ella sentí el arte de amar y con ella luchamos en batallas ante mucha gente … que aplaudía o en sus ojos nos decía que habíamos tocado su interior … y muchas veces … jajaja … sacamos muchas lágrimas … de recuerdos y despedidas! Y sentía el arte del sonido … de la vida … de la mujer que no soñé de arjona, un te voy a amar de van mozart, … tú y yo … o la genial! que algún día le voy a tocar a mi esposa … y que la encontré sin título entre muchas otras que siendo simples hojas, junto a ella las hacíamos canción … de verdad no es algo tonto, yo la quiero … y en serio espero que regrese porque es la única, nunca quise una eléctrica ni una nueva, la quiero a ella porque en ella aprendí y JUNTOS NOS DIMOS VIDA. Ayer 26 de febrero alguien se la llevó … ojalá la cuiden y le traten bien a mi guitarrita linda, a la única! y escribo esto por todas las personas que tienen su guitarra, su ÚNICA guitarra!! No a esos hipócritas que tienen más de una!! Mentirosos!!! La música es lealtad. Y bueno lo publico aquí porque necesito la nota de lite y pues mi opinión es que el arte se construye en las cosas donde más amor pones, y cuando una canción saca una lágrima, Eso! Para mí es arte, el arte de tocar el invisible corazón.

andres salazar